Sola a medianoche (Libre)

Camino sola por la calle. Está muy oscuro y hace un poco de frío. No hay nadie por los alrededores y mis pasos resuenan por el empedrado, aumentando la soledad del lugar. La campana de una iglesia cercana toca campanadas de medianoche y acelero el paso para ir más deprisa.
Se me había echo demasiado tarde en casa de una amiga, y llevaba horas andando sin descanso. Me encontraba cansada y no sabía donde estaba. Tengo que asumir que me he perdido.
Oigo un ruido y me sobresalto. Era un gato que se encontraba en el alféizar de una ventana... mirándome. Le devuelvo la mirada, quedándome quieta. Clava sus ojos amarillos en los míos y maulla amenazadoramente, erizando el lomo y bufando. Y echo a correr. Lo hago inconscientemente, llena de pánico.
No hay nadie y las sombras parecen cernirse sobre mí amenazadoras, intentando atraparme. El recuerdo de esos ojos amarillos demasiado malévolos me persigue y los veo constantemente en cada esquina y callejón oscuro.
No sé cuanto tiempo estoy corriendo. Me tropiezo con una piedra y caigo al suelo de rodillas. Me quedo así, apoyándome en la pared, sollozando muerta de miedo y completamente perdida y sola, esperando a que apareciera alguien para que me ayudara a volver a casa.