Reencuentros con un viejo conocido [Blaze]

Cansada del monótono movimiento londinense en la corte durante el invierno, Temperance decidió alejarse de allí para poder seguir continuando durante un par de semanas con sus estudios acerca de lo sobrenatural. Se había trasladado un par de días a una posada en un pequeño pueblo cerca de París, y había pasado las noches leyendo en la taberna de la posada, delante de una jarra de vino. No recordaba el nombre del pueblo, pero le resultaba un lugar tranquilo y agradable. Francia nunca había llamado demasiado su atención, pero desde luego aquel lugar le fascinaba. No sabía por qué lo había elegido; algo le había atraído de él.

Leía sentada en una mesa cerca del mostrador, arropada con su abrigo porque hacía un poco de frío, cerca de una pequeña chimenea en el que crepitaba el fuego. Lamía la yema de su dedo índice para pasar las páginas, ajena al resto de las personas que se congregaban en la taberna para entrar en calor. A veces merecía la pena mezclarse con los desconocidos. Se podía conocer a mucha gente interesante.

Tanto viaje, tanto viaje... Ya no estoy para estos trotes... Iba pensando mientras caminaba por las calles de París. Me paro frente a un escaparate de una fina tienda de ropa, bastante cara para mi gusto y... economía, todo había que decirlo. Dejo escapar un suspiro, la verdad es que no todos nos podemos permitir todo y yo lo que tenía (mucho o poco) me lo había ganado por mi cara bonita.
Me fijo en el reflejo del cristal de la tienda, fascinado por el cambio de imagen que puede dar un buen aseo, un buen barbero y cómo no, una ropa elegante pero no demasiado extravagante. Paso las manos rozando el abrigo, como queriendo quitar alguna que otra pelusa entrometida, bah, imposible, estaba impecable pusiera lo que me pusiera, había que ser positivo. Mis ojos se detienen en el pelo, como siempre, indomable, ¿será por naturaleza? No puedo evitar reirme para mis adentros y tras finalizar el repaso, sigo mi camino.
Ando y ando, saludando educadamente a la gente que pasaba por mi lado, hasta que una posada con pinta hogareña llama mi atención. No vendría mal refrescar el gaznate y calentarse un poco al fuego.
Así que sin pensarlo más, me adentro en ella. Había mucha gente repartida entre la barra, las mesas, cerca del fuego... Lo mejor sería pedir algo y sentarse en una mesa cercana al calor.

Tras pedir en la barra, seleccioné una mesa a mi gusto y me senté allí dejando el abrigo en el respaldo de la silla. Observaba paseando la mirada por la sala, a la gente que había por allí, en busca de algo interesante.

En una de las pocas ocasiones que levantaba la mirada del libro para beber, sus ojos se encontraron con la imagen de un hombre que se había sentado en el otro extremo de la amplia mesa en la que se había sentado. Miró a su alrededor, dándose cuenta de que eran pocos los sitios libres. No le pareció mal, al contrario, nunca venía mal la compañía.

Quiso volver la mirada al libro, pero no pudo. Observó fijamente al hombre que había delante de ella, como si tuviera algo familiar, algo que ya hubiera visto antes. Como si ya lo conociera pero hubiera cambiado radicalmente. Depositó el libro sobre la mesa, junto a su jarra, para intentar indagar en aquello que pudiera llamarle la atención.

De verdad que no lo recordaba, pero le era tan asombrosamente familiar... ¿Dónde podía haberlo visto antes? ¿Y hace cuanto tiempo?

-Disculpe -dijo ella, un poco tímida, acercándose a él-. No quisiera molestarle, pero tengo la sensación de que... ¿Nos hemos visto antes?

Ya andaba dándole un buen trago a la bebida, dejando la jarra de nuevo en la mesa, cuando noté que una distinguida joven se levantaba de su asiento y se acercaba hacia mi posición. ¿En serio viene hacia mi? El caso es que a medida que se acercaba, una vaga idea se me iba formando en la cabeza. ¿Me suena de algo esa chica?
El caso es que no podía apartar la mirada de ella, ya me estaba comiendo los sesos para averiguar su procedencia. El caso es que no caía.
Alcé un poco la cabeza para mirarla desde abajo, al tenerla de pié a mi lado, estaba claro que se dirigía a mi, ¿habrá notado lo mismo?

-Disculpe... No quisiera molestarle, pero tengo la sensación de que... ¿Nos hemos visto antes? -parece ser que si, que de eso iba. El caso es que no conseguía ubicarla en un lugar y situación en esos momentos, aunque para acordarme de ella había tenido que ser algo 'reciente'.
Le dediqué una sonrisa a la chica, con intención de que relajara las facciones, no era necesario sentirse nerviosa por tan pequeña cosa.
-No molesta en absoluto y en cuanto a su percepción, parece acertada -mantengo un momento de silencio, en el cual atraigo una silla para invitarla con un gesto a sentarse si gusta y me quedo mirándola con interés no fingido- sinceramente, nada mas verla, señorita... Pensé en lo mismo.
Era la verdad, ¿para qué fingir?

Sonrió con suavidad al ver que el caballero no se había incomodado con su presencia. Inclinó la cabeza con cortesía, como acabando de pedir permiso. Después de tantos años en soledad la compañía aún la abrumaba y la ponía demasiado nerviosa. Se sentó cerca del borde de la silla, cruzando las manos por encima de las rodillas, escuchando muy interesada el hecho de que él también hubiera percibido lo mismo.

¿Pero dónde, y cuando? ¿Y en qué circustancias?

-Hace pocos años estuve interna en un colegio de Londres -comenzó a decir ella. No le parecía una información muy personal, y realmente sentía curiosidad por aquel caballero, por saber en dónde se habían visto-. ¿Acaso es posible que fuera profesor allí? ¿O que tuviera alguna relación con la institución?

De lo que estaba segura era de que pertenecía a la Talamasca. En ese caso sí se habría acordado muy bien.

Observo a la chica con una sonrisa cuando toma asiento.
-Hace pocos años estuve interna en un colegio de Londres. ¿Acaso es posible que fuera profesor allí? ¿O que tuviera alguna relación con la institución? -me llevo una mano a la barbilla, pensativo. ¿Londres? Sin duda había pasado allí la mayor parte de mi vida, pero no recordaba exactamente algo como eso.

-No sabría decirle, señorita. Sin duda alguna estuve en Londres hace unos años -unos cuantos... Bastantes, la verdad- pero no sabría decirle exactamente. ¿Sería posible que nos hubiesemos visto o encontrado en otro momento?
Andaba rebanandome los sesos pensando en dónde habría podido coincidir con ella. Estaba claro que se habían visto, pero entablado conversación o algún tipo de relación no sería muy posible. Sin embargo había algo en ella que le llamaba la atención y estaba bien seguro de eso. Entorno los ojos, observándola con más curiosidad si cabía.
Pocas opciones quedaban si ella había estado internada, en ese caso debió de suceder dentro de aquel lugar. ¿Pero cuándo?

Ladeó la cabeza y volvió la vista a un lado, pensativa. Si había estado en Londres, era muy probable que hubiera sido allí. No podía ser otro lugar. Temperance no había tenido la oportunidad de viajar demasiado hasta hacía apenas unos años. No había dudal alguna de que sí se habían visto. Ambos habían tenido una especia de reconocimiento, y no sólo eso, sino que Temperance sentía por él un interés intenso, casi tanto como el que poseía por aquellas criaturas a las que con tanta deboción estudiaba.

-No lo creo, señor. Indudablemente Londres debió ser él lugar. Es allí donde he pasado prácticamente toda la vida. A no ser, claro, que pudiera conocerle de la corte inglesa. Alguna vez que puediéramos habernos encontrado... Pero tampoco he pasado demasiado tiempo allí.

Se mordió el labio inferior, aún pensativa.

-No sé. ¿Hace mucho que no visita Londres?

Escuché atentamente lo que contaba la muchacha. Si que podría ser visto de aquel modo, que nos hubieramos visto en una universidad. Seguramente ella habría estado internada en una de las mas caras y prestigiosas, viendo su fineza y forma de hablar, por no decir la de vestir. Esta chica debería formar parte de la realeza o algo relacionado con ella.
-...A no ser, claro, que pudiera conocerle de la corte inglesa... -ya esta aclarado.

Asentía de vez en cuando a lo que decía mientras seguía pensando el momento en el que nos habríamos encontrado.
-No sé. ¿Hace mucho que no visita Londres?
-Hace como seis o siete años que no... -¡ajá! Ahora recordaba que por esas fechas conseguí entrar en una universidad de la cual había muchos libros de información sobre fenómenos paranormales y de lo que a mi me interesaba, los Licántropos. Lo más probable es que ella estuviera allí por esas fechas y coincidieramos.

La miré de reojo, se había quedado un silencio mientras pensaba.
-Estuve en Londres, si. Por aquellas fechas me interesaba buscar información... -bajo el tono- ... fenomenos paranormales, ya sabe, criaturas y eso. ¿Ese lugar en el que usted estuvo interna tenía muchos libros dedicados a dichas investigaciones?

Lo miró con curiosidad cuando interrumpió su contestación, como si acabara de dar con algo con lo que no había contado. Espero paciente que hubiera encontrado la relación que a ella tanto la mantenía inquisitiva. Si hubiera sido hacía seis o siete años ella seguiría en el internado, así que no podía caber otra posibilidad. Y por aquella época no había visitado la corte.

Se puso muy tensa cuando le habló acerca de los libros sobre fenómenos paranormales. ¿Podría pertenecer a la Talamasca, como había hecho su maestro? Era mejor no probar suerte, esperar a ver cómo sucedían los acontecimientos; no quería hablar más de la cuenta. Se echó hacia delante para poder contestarle en un susurro y lo conociera mejor.

-Lo cierto es que sí. Gracias a la información a la que pude acceder allí he dedicado mi vida al estudio e investigación de estas cosas. ¿Podría estar usted relacionado con alguna investigación así?

Quizá se trataba de uno de los amigos investigadores de su maestro, que en esos instantes, tras tanto tiempo, había olvidado.

Hm, ¡bingo! La chica había estado ahí. Observó cada una de sus reacciones por escasas que fueran para poder entrever algo. Estaba claro que ambos se habían visto alguna vez, si fue allí, entonces sería por los tiempos en los que iba buscando ayuda sobre la gente de su raza. ¿Qué mejor forma de averiguar cosas sobre los de su clase que acudiendo a un sitio lleno de información sobre ello?
Por lo visto la joven había estado estudiando allí a seres paranormales, osease, gente de su ‘raza’ Interesante lo viera por donde lo viese.

-¿Podría estar usted relacionado con alguna investigación así? –pff, y qué le decía a esta chica ahora. Si le decía que estaba investigando sobre mi clase, puede que despertara una curiosidad en ella que no me favorecía, asi que me limité a decirle lo que realmente quería oir, o al menos asi lo intuía.

-Estuve intercambiando información con gente de dentro, hacía viajes y lo que iba recogiendo podría de alguna forma servirles para sus libros y actualizarse o ampliar lo que había –la conversación que manteníamos era en un bajo tono, menos mal, aunque con el follón de dentro de la posada era improbable que la gente que estaba alrededor se inmiscuyera en asuntos ajenos.